12 abril 2006

Popy no se va, no se vaaaaaa

Me gustaría decir que lo voy a extrañar.


foto: Dawn Olivera

Lamentablemente, no lo voy a extrañar, porque no se va a ir.

Fernando Olivera es un animal político, en toda la extensión del término, y aunque su votación haya sido misérrima, tenemos Popy para rato.

Y es que, gane Humala o gane García, el próximo gobierno se presenta como terreno fértil para sus apariciones, conspiraciones y demoliciones.

Si les sirve de consuelo, la buena noticia es que -al menos por esta vez- su sueldo no lo pagaremos los contribuyentes.

8 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

su sueldo lo pagara su suegro y los amigos de su suegro. olivera parar rato tenomos y su famoso maletin sera ahora la mochila de de sport billy ya que contara con una serie de documentos falsifiacdos.

5:02 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

un animal político o un político animal....si la verdad es que se parece a esos perros que ladran ...pero no muerden

5:03 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Olivera al paredón !!!

10:26 p. m.  
Blogger MAGO dijo...

Recordemos que los insectos son importantes:

Algunos adaptan su forma o cambian de color para confundirse entre las hojas o los troncos de los árboles.
Hay insectos que muerden al ser atacados, y otros que emplean sus aguijones, como las abejas.
Las hormigas rojas, si se las molesta, arrojan un ácido que irrita la piel de su enemigo.

Los insectos despues de todo son necesarios, Popy quedate entre nosotros...

10:29 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Se merece Alan García otra oportunidad?
Natalia Sobrevilla Perea
12 de abril del 2006

Hace unas cuantas semanas me encontré con un amigo que me dijo que prefería el demonio antes que Lourdes Flores. Hoy cuando va quedando cada vez mas claro que no será ella quien pase a la segunda vuelta, muchos en el Perú se sienten en la necesidad de decidir quien será este ‘demonio’ a elegir en la segunda vuelta. Bryce Echenique ha descrito esta decisión como tener que escoger entre morir de sida o de cáncer, y otros como Susana Villarán han optado por el voto en blanco o viciado.

La pregunta que nos hacemos muchos en estas circunstancias, es si Alan García se merece una segunda oportunidad. El nos asegura que ha cambiado, que ha reflexionado, que la vida le ha mostrado sus errores, pero para quienes vivimos su gobierno de 1985 a 1990 el recuerdo de esos tiempos nos hace muy difícil confiar en la misma persona que ya una vez nos dijo que en política no hay que ser ingenuos. Muchos éramos bastante jóvenes en esos años pero no olvidamos como el país, pasó de estar moderadamente en crisis a una crisis tan profunda en que las posibilidades de futuro nos parecían imposibles. Quienes hemos vivido la hiperinflación, la estatización de la banca, el dólar MUC, los que hemos tenido que hacer cola para comprar azúcar, aceite y arroz, para después intercambiar con los vecinos, los que crecimos con el pan popular, el cuaderno popular y la leche Enci, encontramos muy difícil pensar en García en términos abstractos. Esto sin considerar además que durante su gobierno el terrorismo dejó el campo y pasó a la ciudad, vivimos paros armados, apagones, falta de agua, toque de queda y por primera vez tuvimos un poco del sabor de lo que sucedía en el resto del país.

A pesar de todo esto, muchos de quienes se han pasado los últimos quince años denunciando a García como el peor gobernante del Perú, un hombre corrupto que pasó de tener un departamento mediano en Miraflores a las mansiones de Naplo, Camacho y París, un inepto que llevo al Perú a ser inelegible por el FMI, un violador de los derechos humanos que lleva como vicepresidente a un general acusado de la matanza de los penales, han comenzado a pensar que quizás en estas circunstancias el líder Aprista sea el mal menor. Nadie le ha hecho una mejor campaña a Alan García que Ollanta Humala. Su discurso violentista y radical, sumado a las graves acusaciones en su contra han logrado en las ultimas semanas algo que pensé que nunca llegaría a ver: muchos de aquellos que juraron que todos menos Alan, de los que gritaron en su momento ¡Y va a caer y va a caer caballo loco va a caer!, están ahora pensando que ante las circunstancias es mejor darle una segunda oportunidad.

García sabe que para derrotar a Humala necesita del apoyo de la derecha, que la coalición debe ser con Unidad Nacional, además de con el Frente de Centro, Lay y todos los ‘pitufos’ que pueda sumarse. De alguna manera el dirigente de la olla le ha hecho el trabajo aun más fácil definiendo el espectro político como ‘todos contra Ollanta’. Pero lo que queda por verse es quien transara con Alianza para el Futuro, sus quince escaños en el Congreso les dan una posición privilegiada desde donde negociar el posible regreso y rehabilitación política de su líder. Humala ha dicho que no negociara con corruptos, mientras que García ha declarado que el fujimorismo no es una fuerza dictatorial en este momento, que han sido elegidos por el pueblo y que esta dispuesto a ‘darle la mano hasta a su peor enemigo’.

¿Será darle a Alan García una segunda oportunidad, abrirle la puerta a Fujimori para su segunda oportunidad? ¿Será esta una oportunidad mediada por la derecha, pactada con los representantes de Unidad Nacional? Opciones dicho sea de paso que no son mutuamente excluyentes, ya que solo basta ver a algunos de los acompañantes de Lourdes Flores para que eso sea evidente. El mapa político de los próximos años se esta reconfigurando en estos días y dependiendo de cómo se tejan las alianzas, como se presente Humala y como se establezcan los posibles pactos los que no votaron ni por Alan ni Ollanta en la primera vuelta decidirán cada uno si es mejor malo conocido o quien sabe que por conocer.

10:47 p. m.  
Blogger Ernesto dijo...

Ya lo dije en mi blog, mi voto sera para el que diga que no se juntara con los fujimoristas, un punto menos para Alan.

1:42 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Fernando Olivera va a regresar, quizás antes de lo que todo el mundo imagina. Sus servicios serán apetecibles para más de uno en cualquier escenario político, tanto en el mediano como en el largo plazo. Y aún en el corto plazo puede encontrar forma de insertarse en el movido ambiente político.
Los que celebran su partida, incluyendo a Carlos Álvarez -quien le guarda rencor especial por haber destapado el famoso Vladivideo que apuró la caída del régimen de su adorado Fujimori- pronto lo verán de regreso.
Y no sólo es posible, sino altamente probable, que su sueldo vuelva a ser pagado con el dinero del estado.

8:22 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

¿LA HIPERINFLACIÓN FUE EL MAYOR ERROR DEL GOBIERNO
APRISTA?

Yo, Alan Garcia, lo asumo como el mayor error, originó el descrédito del régimen y no
tiene disculpa. Muchos me han preguntado cómo se pudo llegar a la inflación
que se alcanzó en 1988 y 89 cuando se llegó a un aumento de precios de
2,000 % anual. Otros hablan por ignorancia o exageración de 7,000% en 1990.
Mas esta es una falsedad porque fue en Agosto de 1990 cuando se aplicó el
Fujischock que aumentó los precios en 400% en un solo día, lo que anualizado
da el 7,000% de 1990 que en su mayor parte es responsabilidad del gobierno
de Fujimori. Es verdad que la inestabilidad monetaria y el desorden
inflacionario de los dos últimos años de mi gobierno han marcado fuertemente
la memoria popular y con razón. ¿Qué tengo que decir como explicación aun
que ello no lo justifique?

1.- La inflación fue generalizada en el continente.- La inflación no
fue un fenómeno exclusivamente peruano. Todos los países de América Latina
la sufrieron igualmente, porque somos una sola realidad continental. Por
ejemplo, la Argentina que gobernaba Raúl Alfonsín llegó a 7,000% de inflación
en 1989. Brasil vivió con una inflación anual de 4,000% entre 1987 y 1990, y
como ellos, Venezuela, Uruguay o Bolivia que en 1985 emitió el billete de más
alta denominación de toda la historia del continente. Sé que “mal de muchos es
consuelo de tontos”, pero si se analiza con seriedad se comprende que la ola
inflacionaria fue un fenómeno continental. Claro que el Perú añadió causas
adicionales, pero el lector admitirá que en ninguno de los otros países
gobernaba el APRA y que hay un aspecto de la inflación que tiene
explicaciones externas. De la misma manera, ahora, todos los países del
continente tienen inflaciones de menos del 10%, siendo este carácter una
nueva tendencia continental y no un mérito especial del fujimorismo como se
ha publicitado hasta la saciedad.

2.- En 1985 heredamos una alta inflación del belaundismo.- La
inflación venía creciendo desde años antes y fue heredada del gobierno
anterior. En 1984 la inflación fue de 120% y hasta Julio de 1985 la inflación
proyectada para ese año era de 250%. Así recibimos las cosas. Estos son
datos históricos y demuestran que la inflación era una tendencia heredada. No
olvidemos que justamente, por causa de la inflación, del desempleo y de la
recesión, el partido Acción Popular que llegó al gobierno en 1980 con 46% de
la votación, terminó en 1985 con sólo el 5% de los votos. No heredamos un
paraíso.

3.- El terrorismo desordenaba la economía.- Ahora todos aceptan
que el terrorismo que surgió antes de 1980, al ocasionar más de 20,000
víctimas y paralizar el aparato productivo y energético, originó pérdidas por
25,000 millones de dólares, es decir 2,500 millones por año. Creo que es justo
que el lector recuerde que la situación que recibimos no era normal ni estable.
Aunque estas razones explican algo, es necesario aceptar ante el país, que mi
gobierno contribuyó también con otras causas y errores a que la inflación
creciera. Pero ninguna por maldad como muchas acciones de la dictadura
fujimorista.

4.- Exceso de crédito.- Pensamos que la ayuda a la agricultura y
especialmente al campesinado andino era fundamental para reconstruir la
producción y para detener el proyecto político de Sendero Luminoso. Por eso,
multiplicamos el crédito agrario y la ayuda a las comunidades campesinas que
eran el sector más humilde, el que más requería de justicia social. A tenor de
ello, la agricultura despegó. Si comparamos 1989 con 1999, es un hecho que
en casi todos los cultivos (maíz, papa, azúcar, etc.), y según las cifras oficiales,
el Perú produjo más por habitante durante mi gobierno que lo que produce diez
años después. El fujimorismo condenó el campo al abandono y prefirió la
importación de alimentos que quita trabajo y aumenta la deuda. En la industria
ocurrió lo mismo. La recibimos en recesión y con las empresas en quiebra.
Pero reconvertimos sus deudas de dólares a soles y bajamos los intereses. Allí
también la producción y el empleo crecieron entre 1985 y 1988. Así pues, el
crédito agrario e industrial fue positivo. Pero una vez cumplido el propósito de
ayudar al despegue de la producción este crédito debió restringirse. Y eso no
se hizo porque se buscó un crecimiento aun mayor de la producción. Fue un
error.

5.- Se quiso hacer muchas obras a la vez.- Se continuaron,
iniciaron y culminaron muchas obras de importancia. Irrigaciones,
hidroeléctricas, caminos, electrificaciones, etc. que eran reclamados por los
pueblos y por las bases apristas para cumplir viejas ofertas hechas al país. Es
cierto que cada obra cumplida es buena y está allí para aumentar la producción
y dar empleo. Por ejemplo Chavimochic que crea 150,000 puestos de trabajo y
generó 700 millones de dólares en exportaciones. Y otras obras como las
hidroeléctricas de Charcani y Carhuaquero que ya han ahorrado más de 800
millones de dólares que antes se quemaban en petróleo para dar electricidad.
Cada una de esas obras costó dinero y la suma de ese gasto obligó a emitir
sin respaldo, lo que aumentó la inflación. Esa fue una segunda razón y otro
error.

6.- La política de aumento de los salarios.- Cumplió un buen
objetivo en los primeros años del gobierno. Sirvió para crear un mercado de
consumo que salvara a la industria y mejorara la situación de los empleados y
jubilados. Sin embargo, ese propósito bueno y justo debió ser aplicado con
mucha prudencia. Por ejemplo, había que aumentar los sueldos a la misma
velocidad que los precios que en 1986 habían crecido un 60%, pero además se
aceptó que los sueldos subieran para devolver al trabajador una parte de lo que
había perdido en el gobierno anterior y los sueldos aumentaron en 65%. Fué
una decisión peligrosa y una imprudencia monetaria.

7.- No se cobró impuestos de manera suficiente.- El gobierno no
tuvo una alternativa fiscal para cobrar más impuestos. Aunque con la
reactivación, las industrias y el comercio empezaron a crecer, sin embargo fué
una imprudencia, una ingenuidad el pensar que si se subían los impuestos, la
reactivación se detendría y no habría reinversión para continuar el crecimiento.
Por estas razones principales el gobierno contribuyó a la inflación que era una
ola continental y venía desde el gobierno precedente. Pero la receta brutal del
fujimorismo fue peor que el problema.- La hiperinflación que lamentablemente
es lo que recuerda el país, sirvió de pretexto al brutal experimento aplicado por
el fujimorato. Para reducir la inflación se usó un modelo exagerado e inhumano,
se aplastaron los salarios (en 1999 los salarios sólo servían para comprar la
mitad que en 1988), se canceló el crédito agrario (destruyendo el Banco
Agrario y sus miles de equipos de técnicos e ingenieros), se aumentaron las
tarifas públicas para disminuir el gasto de la gente y se incrementaron los
intereses. Todo ello para “enfriar” la economía, reduciendo su movimiento. Una
receta enfermiza. Por la vehemencia de curar el mal de la inflación se llevó al
país a algo peor : una parálisis y miseria antes nunca vistas.

Reconozco que mi gobierno debió prestar mayor atención al peligro
inflacionario, pero no acepto que por “curarlo” se haya multiplicado la miseria y
se haya agigantado la riqueza de algunos grupos y de la gran mafia fujimorista.
Eso es injusto e inmoral. También es absurdo socialmente pues si se concentra
la riqueza se destruye el mercado nacional, la gente no compra, las industrias
no venden y los bancos quiebran como ya ha ocurrido. SOBRE LA INFLACIÓN
Y EL MANEJO DE LA MONEDA, CREO FIRMEMENTE QUE UNA PARTE
ESENCIAL DEL NACIONALISMO ECONOMICO DEBE SER LA DEFENSA DE
LA MONEDA NACIONAL QUE EXPRESA LA SOBERANIA DEL PAIS. Es
posible crear las condiciones del empleo y la producción sin volver a incurrir en
riesgo inflacionario. Quienes gobernamos entre 1985 y 1990 intentamos hacer
muchas cosas a la vez, satisfacer viejos reclamos sociales sin vigilar los
índices monetarios. Sabemos ahora que cualquier gobierno con vocación social
debe cuidar estrictamente la estabilidad de la moneda

5:13 p. m.  

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