TLC aún NO
El ministro de Comercio Exterior, Alfredo Ferrero, anunció desde Washington que se han pospuesto las negociaciones del TLC con Estados Unidos, que supuestamente habían entrado en su recta final.
Los así llamados "temas sensibles" fueron el Agrícola y el de Propiedad Intelectual. Al respecto, el ministro dijo en RPP que "somos conscientes que la agricultura tiene que pasar una reforma en el Perú para que las condiciones sean las adecuadas".
¿Me parece o eso suena a que Ferrero culpa al Perú de la suspensión de las negociaciones?
Lo cierto es que las delegaciones colombianas y ecuatorianas, que negocian sus respectivos TLCs paralelamente a nosotros, se han portado de un forma más digna que el equipo que dirige "Pocho" Ferrero.
Y no lo digo yo, sino la página económica de El Comercio (a la que pueden acusar de todo, menos de progre):
"Trascendió que el freno peruano obedeció --en gran medida-- a las críticas provenientes de los sectores privados del ámbito agrícola colombiano, los que calificaron de poco noble el estilo de negociación adoptado por el Perú."
El acuerdo es que los países andinos negocien en bloque. Entonces, si la delegación peruana cerraba el trato por su cuenta, el Perú iba a quedar ante sus vecinos como, digamos, el más servil lacayo del imperialismo. Por eso es que, haciendo de tripas corazón, Ferrero tuvo que recular.
El tema es amplio y denso. Economistas serios y lúcidos, como Carlos Adrianzén y Oscar Ugarteche, por ejemplo, esgrimen argumentos sólidos y absolutamente opuestos.
Sin embargo, cada bando es, a su vez, fácilmente caricaturizable:
- los que están en contra suelen repetir, a veces sin mayor argumento, la manida fábula en la que el lobo yanqui, como es muy malo malísimo porque así es pues, se almuerza en dos segundos a la caperucita lorcha;
- los que están a favor parecen creer que el libre mercado es el Dios Ordenador del Mundo y quienes no se adapten a Él, piñas pues, no merecen un lugar en su cielo globalizado.
Ojo: Las conversaciones se retomarán, al parecer, el 6 de diciembre.
Los así llamados "temas sensibles" fueron el Agrícola y el de Propiedad Intelectual. Al respecto, el ministro dijo en RPP que "somos conscientes que la agricultura tiene que pasar una reforma en el Perú para que las condiciones sean las adecuadas".
¿Me parece o eso suena a que Ferrero culpa al Perú de la suspensión de las negociaciones?
Lo cierto es que las delegaciones colombianas y ecuatorianas, que negocian sus respectivos TLCs paralelamente a nosotros, se han portado de un forma más digna que el equipo que dirige "Pocho" Ferrero.
Y no lo digo yo, sino la página económica de El Comercio (a la que pueden acusar de todo, menos de progre):
"Trascendió que el freno peruano obedeció --en gran medida-- a las críticas provenientes de los sectores privados del ámbito agrícola colombiano, los que calificaron de poco noble el estilo de negociación adoptado por el Perú."
El acuerdo es que los países andinos negocien en bloque. Entonces, si la delegación peruana cerraba el trato por su cuenta, el Perú iba a quedar ante sus vecinos como, digamos, el más servil lacayo del imperialismo. Por eso es que, haciendo de tripas corazón, Ferrero tuvo que recular.
El tema es amplio y denso. Economistas serios y lúcidos, como Carlos Adrianzén y Oscar Ugarteche, por ejemplo, esgrimen argumentos sólidos y absolutamente opuestos.
Sin embargo, cada bando es, a su vez, fácilmente caricaturizable:
- los que están en contra suelen repetir, a veces sin mayor argumento, la manida fábula en la que el lobo yanqui, como es muy malo malísimo porque así es pues, se almuerza en dos segundos a la caperucita lorcha;
- los que están a favor parecen creer que el libre mercado es el Dios Ordenador del Mundo y quienes no se adapten a Él, piñas pues, no merecen un lugar en su cielo globalizado.
Ojo: Las conversaciones se retomarán, al parecer, el 6 de diciembre.
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